Cuándo hablamos de líder o líderes, estamos nombrando a aquellas personas que tienen la capacidad de guiar, movilizar, organizar, influir y convencer a un grupo de individuos. Ya sean éstos un grupo masivo o reducido de personas. Pero, ¿qué pasa cuando estos líderes nos llevan por un mal ideal? ó, ¿qué pasa con aquellas personas que se encuentran involucradas dentro de un grupo social, pero que sólo son participes porque el amigo le dijo que formara parte, o porque es un grupo llamativo donde sus líderes hablan bonito, o sino, porque el resto de las personas lo hacen?
El tema no va en preparar y enseñar en cómo debe actuar un líder para la comunidad el día de mañana, sino en cómo podríamos alcanzar el nivel de ser líderes de nosotros mismos el día de hoy.
Muchas personas no saben de lo que son capaces de hacer, o no saben qué hacer al momento de tomar una decisión -cualquiera que fuese-. No saben que hacer y por naturalidad siguen al resto para poder identificarse. Pero no siempre seguir al resto ayuda, por eso, hay gente que cae en las drogas o en el alcohol, o simplemente fracasan, porque no son capaces de controlar su espíritu y al no poder controlar el espíritu, mucho menos podrán controlar su cuerpo y mente. Es decir, no logran conocerse a sí mismos y no logran tener ideales en los cuales aferrarse e identificarse propiamente para actuar en la vida cotidiana. De ahí los hijos no programados, por eso cada día es más común ver a mamás solteras, o las famosas noches de locura en las que muchas veces atentamos en contra de nuestra dignidad.
Vivimos en una sociedad donde el consumismo absorbe, los medios de comunicación nos forman e inducen y en donde la identidad propia pasa a ser una identidad común.
Es importante conocernos y ser líderes de nosotros mismos, así podremos tomar las mejores decisiones aforrándonos a nuestra identidad e ideales propias de nuestra personalidad. De esta manera, es posible que la convivencia con el resto de las personas sea más sana y duradera.
El tema no va en preparar y enseñar en cómo debe actuar un líder para la comunidad el día de mañana, sino en cómo podríamos alcanzar el nivel de ser líderes de nosotros mismos el día de hoy.
Muchas personas no saben de lo que son capaces de hacer, o no saben qué hacer al momento de tomar una decisión -cualquiera que fuese-. No saben que hacer y por naturalidad siguen al resto para poder identificarse. Pero no siempre seguir al resto ayuda, por eso, hay gente que cae en las drogas o en el alcohol, o simplemente fracasan, porque no son capaces de controlar su espíritu y al no poder controlar el espíritu, mucho menos podrán controlar su cuerpo y mente. Es decir, no logran conocerse a sí mismos y no logran tener ideales en los cuales aferrarse e identificarse propiamente para actuar en la vida cotidiana. De ahí los hijos no programados, por eso cada día es más común ver a mamás solteras, o las famosas noches de locura en las que muchas veces atentamos en contra de nuestra dignidad.
Vivimos en una sociedad donde el consumismo absorbe, los medios de comunicación nos forman e inducen y en donde la identidad propia pasa a ser una identidad común.
Es importante conocernos y ser líderes de nosotros mismos, así podremos tomar las mejores decisiones aforrándonos a nuestra identidad e ideales propias de nuestra personalidad. De esta manera, es posible que la convivencia con el resto de las personas sea más sana y duradera.